martes, 1 de junio de 2010

Como dos extraños: Ronald y Cyntia

Desde Gardel hasta nuestros días, se ha cantado, tocado y bailado a la eterna condena al desarraigo sufrida por los que hacen al tango. Esta extraña y truncada relación llega por diversas historias de vida que resuena desde alta mar a tierra adentro. Cuando la espera concluye y con ella la ilusión de volver a sus orígenes, solo el sol esta donde quedo y tal vez algunos amigos; la realidad y los recuerdos se instalan en un desencuentro.
Esto les paso a nuestros amigos tucumanos Ronald y Cyntia, que regresaron luego de 7 años de vivir en Buenos Aires y recorrer el mundo en cruceros, bailando y dando clases de tango.
En este entrevista nos cuenta sobre la difícil decisión de partir, su regreso y porque decidieron dar clases nuevamente en Tucumán.



¿Donde se conocieron?
C: Yo llevaba muy poquito bailando, mi mundo era mi taller de tango con Manuel, Mariana y su casa. En esa época no había milongas, los profesores se ponían de acuerdo para organizar una al mes y cuando les toco a Manuel y Mariana; cayó Ronald. Me saco a bailar una milonga y según él la paso muy bien...pero después no se acordaba quien era! jaja!
Paso como un mes hasta la próxima milonga; durante ese tiempo le comió la cabeza a un amigo diciéndole que había bailado con una chica que le gusto pero no sabia quien era. Esa noche saco a bailar a todas las mujeres para encontrarme hasta que dio conmigo.

R: Yo necesitaba un chica mas para armar un grupal de tango escenario y le ofreci entrar al grupo. Luego se transformó en un ámbito social, como siempre ensayábamos de noche salíamos de clase a comer, a tomar una cervecita, ya te quedabas sin colectivo y hacíamos tiempo viendo una película o poner música y bailar; hasta las 5 que andaban los colectivos.

¿Y como surgió el viaje a Buenos Aires?
R: Me fui a Buenos Aires en Noviembre del 2003, por un mes en teoría para hacer un curso certificado para seguir enseñando acá y no conté con que me guste tanto el ámbito; así que cuando volví, volví a buscar los bolsos. Mientras tanto el tiempo que estuve allá chateábamos con Cyntia y le iba haciendo la cabeza que se tenia que ir.

C: Nosotros éramos pareja de baile, pero decidimos separarnos cuando Ronald viajo. Cuando yo llegue a Buenos Aires ni siquiera eramos compañeros de clases y cada uno tomaba clases en distintos estudios.


¿Cuando decidieron ser parejas de baile nuevamente?
C: Paso medio año hasta que comenzamos a trabajar juntos. En Buenos Aires había trabajo pero también mucha gente suelta y si querías trabajar rápido tenías que sacrificar tu idea de pareja de baile. Es muy difícil insertarte en el ambiente, más si sos del interior.

¿Fue muy duro insertarse en el ámbito laboral?
R: Para mi fue más fácil...primero porque soy mas simpático y menos exigente en general con los trabajos jaja! No, en realidad es porque antes de nosotros fue Emiliano (Alcaraz) a Buenos Aires y tenia trabajos que ya no quería y yo los fui tomando. Después Cyntia hizo mejores contactos, al trabajar en una discografía temática de tango, en donde conoció profesores destacados. Así trabajamos por separado hasta que comenzamos a bailar juntos.

C: Pero si es difícil, porque estas solo, a veces vas con la idea que trabajar del tango esta lindo pero no siempre es asi, y te das cuenta que no te valoran, que a los músicos les pagan mejor que a los bailarines, en todas las casas de tango sucede eso y que a todo esto le sumas que ya llevabas un tiempo bailando acá y a todo eso te lo tenias que guardar en el bolsillo.

R: Eso es algo a destacar ese tiempo la diferencia entre Tucumán y Buenos Aires era mucha, mucha, mucha, y si ibas tenias que comenzar de cero.

C: Y bajar eso, darte cuenta de eso! No es que no me sirve; si me marcan con la mano lo sigo. Esa información vas guardando y podes decir que has pasado por muchos estilos. Era comenzar a estudiar un estilo nuevo y caminar de nuevo, todas las clases, todas las semanas.

¿Durante cuanto tiempo caminaste Cyntia?
C: Mucho! Encima no tenia zapatos de tango jaja! Ni con tacos tampoco asi que me la "mamaba" caminando con zapatillas y después ...oh, novedad! tenia que manejar los tacos!!! No termine de aprender a manejar los tacos y ya apareció la pierna relajada en esa época. Me revoluciono todo, porque encima tenia que aprender algo más!

¿Como fue la experiencia de trabajar en un crucero?
C: Mmm...es un poco tediosos. Tus jefes te buscan otras cosas para hacer y salís un poco decepcionado porque te contratan como bailarín de tango y quieren que hagas otra cosa de animación que no tiene nada que ver con tu sueldo y tu contrato.

R: Nosotros teníamos una carga horaria entre clases y show, que dibujándola, llegaban a 20 horas por semana. Teníamos mucho tiempo libre. En el crucero depende de la época hay gente que se empeña para aprender en clases pero la mayoría es por relax.

Después de viajes, de estar en Buenos Aires, del crucero; llega esta etapa de estar de nuevo en Tucumán. ¿Como fue volver, con que se encontraron y que están haciendo ahora?
R: Ahora ya en Tucumán vamos por la última, mas que nada, estamos buscando casa; estamos buscando nuestro lugar. Cuando recién llegamos vimos mucha distancia en el tango, mucha separación; esta muy sectorial el asunto. Llegamos a un ambiente donde no encontrábamos nuestro lugar, ya no era el mismo grupo con el que te juntabas, o por ahí ya no me sentía yo el mismo. después de un tiempo ahora recién nos estamos adaptando a la realidad del ámbito tanguero; venís y ves ese desencuentro. Entonces cuando decidimos dar clases de nuevo aquí fue un poco para no estar parados y para generar una nueva movida, generar un cambio porque hay que integrar un poquito mas la movida.

C: En realidad no son cambios sino que estamos tratando de recuperar el ambiente en el que nos encontrábamos cómodos. En donde la gente se juntaba porque la pasaba bien y no había un interés de por medio. Yo siento a veces que se me sientan al lado y me preguntan sobre lo que a mi me parece "esto", y no siempre estás enseñando siempre, por ahí queres solo compartir y conocer a las personas.

R: Esto también le paso a otros cuando regresamos. Porque muchos volvieron con ganas de enseñar y compartir lo que sabían y aquí no se los valoro. Por eso también me costo mucho convencer a Cyntia de volver a dictar clases.

C: Si. Por eso el año pasado organizamos una milonga con Carlos y Delia el año llamada "Los cosos de al lao", por que así nos sentíamos. Teníamos una sensación de vacío. Ahora de a poco estamos logrando lo que queremos.